SANTA CRUZ DE TENERIFE | El Real Unión Tenerife Tacuense ha firmado un arranque ilusionante en Reto Iberdrola que le ha llevado a liderar su subgrupo. Este fin de semana, el equipo tinerfeño sumará jornada de descanso, pero las pupilas dirigidas por Ayoze Díaz han estado trabajando a marchas forzadas para no perder el estado de forma.
Dentro del renovado plantel para este curso 2020/21, una de las caras nuevas se llama Irene Rodríguez. La polivalente futbolista se ha ganado un puesto fijo en el once titular como lateral. Decidida a un cambio de aires durante este pasado verano, abandonó su Huelva natal para afrontar su primera aventura lejos de su tierra.
«Desde el primer día que llegué, no tuve dudas en que Tenerife había sido una buena elección. Estoy feliz y me siento a gusto compartiendo vestuario junto a mis compañeras. Hemos formado un grupo unido que se traduce en una de las claves de que estemos tan bien. Somos una piña dentro y fuera del campo», relata la jugadora andaluza a medios oficiales del club.
Sobre el rol activo dentro del verde, confiesa que «no esperaba contar con tantos minutos. Sabía que habría que trabajar mucho porque existe una gran competencia, donde cualquiera puede ganarse el puesto». Y es que Díaz le ha dado galones en el terreno de juego. «Estoy contenta por ello. Nos mete mucha caña desde el banquillo y se le escucha, pero también nos anima. Me gusta que le meta tanta intensidad para que se contagie en el campo».
Dispuesta a jugar en diferentes posiciones, Irene se siente cómoda «en el lateral izquierdo y derecho. Por ahora, estoy jugando todos los encuentros por el flanco izquierdo. Me siento en un buen momento y quiero seguir en esta línea». Respecto al colectivo, apela a la prudencia. «El primer objetivo debe ser mantener la categoría. Una vez conseguida, será bienvenido lo que llegue». Además, en cuanto a la ausencia de público, expresa que «se nota bastante, pero nosotras tenemos que ser profesionales, buscando la motivación a través de diferentes vías. No creo que deba ser un punto negativo para nosotras».
Pese a que esta semana no jugarán partido oficial, la escuadra se ha entrenado con suma normalidad. «Somos un equipo nuevo, pero estamos tan metidas que eso ha hecho que compitamos bien en cada entrenamiento y partido. Hemos adquirido rápido los conceptos». Cuestionada sobre el breve parón, lo afronta desde una mira positiva. «No creo que sea negativo, sino totalmente lo contrario. No frenará nuestra inercia ascendente, así que vendrá bien para recargar pilas y volver con más fuerza a la Liga».
En cuanto a su experiencia personal, expone que el cambio de residencia ha sido positivo. «Estoy contenta con la isla. Cada vez voy conociendo más de ella y me siento como en casa». Una salida que la ha alejado de su familia, quien está feliz por ella. «Lo que quieren es verme bien. Vine buscando minutos y para disfrutar del fútbol». Una rutina también limitada por la nueva normalidad, aunque hasta cierto punto. «Mis amigos de la península me comentan que están cerrando bastante temprano las actividades de ocio, y ya por la noche entra el toque de queda. En Canarias, sin embargo, llevamos una vida más normalizada porque las medidas son menos estrictas».
Por último, Rodríguez se refiere a los motivos que le enamoraron de este deporte. «Siento una gran pasión desde niña. A los cuatro años, veía jugar a mi hermano, así que desde entonces he ido siguiendo sus pasos». Además, la onubense añade que nunca ha sentido un trato diferencial y siempre se ha visto aceptada. «Toda mi vida he jugado con chicos y nunca me sentí discriminada, sino totalmente lo contrario, ya que los compañeros siempre estaban ahí para echarme una mano. Pero es verdad que tanto en el fútbol, como en el resto de deportes femeninos, estamos todavía un paso por debajo y muchas veces notas esa desigualdad de género».